Todas las ciudades guardan en su historia cálidos personajes, que dejan sus huellas impresas en la memoria de la gente a lo largo de las generaciones.

Salta alberga en su seno a uno de esos personajes, a un niño de madera, el decidor de la "imaginería" popular, que nació el 17 de abril de 1956 a partir de la ilusión de un viejo tallista, quien deseaba ver viva su propia obra.

El Muñeco Pepito, junto a su padre Rodolfo Aredes, son dos personas distintas, que han desarrollado una larga trayectoria solidaria en beneficio de la comunidad de los lugares más apartados de la provincia de Salta, sólo para cumplir con el porqué de sus existencias.

De esta manera, el Muñeco Pepito y Rodolfo Aredes recorren los caminos de la provincia de Salta, por muy agreste que éstos fueran, para llegar a las más humildes de las escuelas. Así se lo ve arribar, luego de sortear los accidentes geográficos a lomo de mula, a pie, en lancha, helicóptero, o en su noble y humilde camioneta, con su cargamento de alegría para los niños y habitantes de estos inhóspitos lugares, a quienes les acerca la ilusión de ver a un muñeco hablar y los regalos consistentes en mercadería, tan apreciada por los lugareños por carecer de todo.

Así también, los niños conocen un juguete, que en la mayoría de los casos fueron reparados por el propio Rodolfo Aredes, y que quizás, sea el único juguete que tengan en sus manos en toda su vida, más aún una golosina, un par de zapatillas, ropa y útiles escolares, lo que lo hacen creer que Dios existe, donde este singular dúo solo son "Los Fleteros" de las obras de Señor.